martes, 5 de febrero de 2013

MEMORIA DE ACTEON



...Y  la madre se arrancó los cabellos, y
desgarró su vestido por completo; con
sus tristes uñas se rasguñó las mejillas que
se volvieron rojas por la sangre... Y los
perros de Acteón  que venían de las
elevadas rocas confirmaron las palabras
anunciadoras de las malas nuevas. En
efecto, ellos revelaron el final del
adolescente con sus silenciosas lágrimas...
el viejo Cadmo se cortó los canosos rizos
de su cabellera... Inmediatamente,
Autónoe marchó en compañía de su
esposo Aristeo en busca de los
desperdigados restos del cadáver. Ella vio
a su hijo pero no lo reconoció; advirtió la
forma de un moteado cervatillo pero no
vio la imagen de un hombre. Y muchas
veces  pasó  al  lado  de  la  osamenta  del
irreconocible cervato...

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